Si la vida fuera sólo noventa minutos y fueran tan esperados y agradecidos, quizás nos prepararíamos más para vivir cada día.
Sin duda sentiríamos que debemos dar lo mejor de nosotros, que hay disfrutar al máximo y además aprenderíamos a tolerar todo lo que no nos resulta con más paciencia y seguramente tendríamos super claro que al caerse y equivocarse tendríamos la obligación de pararnos de nuevo.
Tendríamos claro que a ese partido llegamos para cansarnos y no para ver pasar ... Continuar leyendo