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Blog Caie Monteros
Centro de Actualización e Innovación Educativa
//03 de Mayo, 2012

De lo analógico a lo digital- DANIEL CASSANY

por teresaherrera1 a las 16:33, en General


De lo analógico a lo digital

DANIEL CASSANY

El futurode la enseñanzade la composición Daniel Cassany es doctor en Ciencias de la Educación y profesor de Análisis del Discurso dela Universitat Pompeu Fabra (Barcelona, España). Ha publicado varios artículos y libros sobredidáctica de la lengua, comunicación escrita yanálisis del discurso.Comunicación y desarrollo1

El lenguaje verbal es uno de los elementos aso-ciados al proceso de hominización. Si bien elmaterial genético de humanos y simios tienemuchas más coincidencias que diferencias, sue-le aceptarse que el habla (desarrollada hace en-tre 150.000 y 75.000 millones de años) consti-tuye uno de los instrumentos fundamentales deconstrucción de las comunidades humanas. Según los antropólogos, si no habláramos quizátodavía viviríamos en clanes familiares o en pe-queñas tribus, como los chimpancés, porque el diálogo y la conversación sirven, entre otras cosas, para repartir el trabajo, coordinar esfuerzosy estructurar las personas en organizacionescomplejas (empresas, ciudades, estados) quepermiten conseguir objetivos inalcanzables para un individuo aislado.
La técnica es otro de los motores del desarrollo. La invención de la escritura hace 3.000años ensanchó las prestaciones del habla y supuso avances incuestionables en el devenir humano. Con la grafía el habla se cosifica, despersonaliza, descontextualiza, objetiviza, entreotras facultades (Cassany, 1999: 42), lo cual po-sibilita el desarrollo de géneros comunicativosnuevos: la correspondencia, el inventario de hechos, la descripción objetiva, etc. Algunos delos cimientos más significativos de nuestra civilización clavan sus raíces en la escritura: el na-cimiento y la expansión del comercio, la consolidación de la democracia como sistema político, o la construcción del paradigma técnico-científico como explicación más plausible yunánime de la realidad (con su empirismo, bús-queda de objetividad y precisión, razonamientológico). Del mismo modo, el desarrollo en el si-glo XX de las tecnologías del habla (telégrafo,telefonía, etc.) y de los medios de comunicaciónde masas (radio, periodismo, televisión, etc.) tuvo una influencia indiscutible en los procesosde interacción (intercambio, colonización cultural, dominación política, etc.) y globalizaciónde las distintas comunidades humanas.En los albores del sigloXXI estamos asistiendo si es posible de modo todavía más acelerado a una enésima expansión de la capacidad comunicativa humana. Me refiero a la ex-pansión delsoporte digitaldel lenguaje (com-putadoras, pantallas, teclados,internet , etc.) co-mo complemento o sustituto delsoporte analógicotradicional (sonidos, ondas hercianas, papel, libros, etc.). En apenas dos décadas (la primera computadora personal saltó al mercado en1982), los sistemas de representación y transmi-sión de información por dígitos (soporte o entorno digital) se han generalizado y hoy son tanhabituales como los analógicos, que represen-tan y transmiten datos con elementos físicos,compuestos por átomos: sea el habla (voz, sonido, labios) o la escritura (papel, libro, máquinade escribir). El día a día se ha llenado de correoselectrónicos oe-mails, charlason lineochatsywebso sitios en la red(internet),al mismo tiempo que se multiplica el uso de los celulares yque decae el volumen de cartas y faxes.En los países más desarrollados, la tecnolo-gía digital ha sustituido de modo casi completo a la analógica en los ámbitos de producción deldiscurso escrito (correspondencia personal, comercial y empresarial, textos académicos ycientíficos, publicaciones editoriales) y sutransmisión (correo electrónico,internet ); sóloen su recepción sigue manteniéndose vivo el so-porte analógico (papel, libro, revista), si bientambién han aumentado los formatos de comunicación on line. Quizá nunca desaparezcan determinados documentos como certificados, testamentos o contratos con firmas manuscritas,porque ofrecen prestaciones irremplazables ¡aunque en España ya exista legislación sobresus correspondientes digitales!-. Pero hoy esincuestionable la supremacía de lo digital, y si alo largo de nuestra historia un cambio de tecnología comunicativa supuso evolución en las formas de vida, ¿qué nos puede deparar lo digital?,¿cómo cambiará nuestra sociedad, país, ciudad,etc.?, ¿qué implicaciones tendrá el salto de unatecnología tan física, como la analógica, a otrade mucho más mental, como la digital? Ya laescuela: ¿qué le espera?, ¿qué cambios debeadoptar para adaptarse a este nuevo contexto?2Ésta es mi reflexión breve y provisional sobre elimpacto que esta nueva expansión tecnológicava a tener en el ámbito de la enseñanza de la composición. Sin voluntad futuróloga ni afán proselitista, esbozaré algunos cambios que seestán generando, así como sus consecuencias enla organización social y en la enseñanza.
De lo analógico a lo digitalAunque este cambio afecte tanto al habla como a la escritura, nos centraremos aquí en la segun-da, contrastando sus principales características:

ENTORNO ANALÓGICO Ámbito pragmático 1.Interlocutores: comunidad de habla (local, nacional, idiomática). Monocultura-lidad.2.Acceso limitado a destinatarios y recur-sos enciclopédicos.3 .Mundo presencial con coordenadas fí-s i c a s .4.Canal visual. Lenguaje gráfico.5.Interacción diferida, transmisión lenta,etcétera.6.Alto coste.Ámbito discursivo 7.Linealidad . Itinerario único.8 .I n t e rtextualidad retroactiva. Texto ce-rr ad o .9.Géneros tradicionales:carta, informe, in- vitación, libro .10.Elaboración oracional.Ámbito del proceso de composición 11.Procesamiento lento.12.Sobrecarga cognitiva.13.Aprendizajeheterodirigido

.ENTORNO DIGITAL1.Interlocutores:
comunidades virtuales
(tribus virtuales). Diversidad cultural.2.Acceso ilimitado.3.Mundovirtual y ubicuo.4.Canales visual y auditivo.Hiper o multimedia .5.Interacción simultánea,transmisión instantánea .6.Bajo coste.7.H i p e rtextualidad.Diversidad de itine-r ar io s. 8.Intertextualidad proactiva explícita:en- laces. Texto abierto.9.Géneros nuevos:e-mail, chat, web .1 0 .Fraseología específica, sintagmas ais-l a d o s .11.P rocesamiento eficaz:ingeniería lingüística.12.Descarga cognitiva. Énfasis en lo estratégico.13.Énfasis en los recursosautodirigidos .
5En lo pragmático, el soporte digital favorece la creación decomunidades o tribus virtuales(núm. 1), de personas que comparten rasgos particulares y que se conectan, interactúan y sedesarrollan como grupo a través del entorno di-gital. En el mundo presencial analógico, las co-munidades suelen coincidir con límites político-administrativos (ciudad, provincia, nación o es-tado) y lingüísticos (idioma, dialecto) -conformando las conocidas comunidades de habla-.Los miembros de estas comunidades suelencompartir rasgos variopintos, además de los discursos: una ubicación geográfica, una nacio-nalidad, una ideología, la pertenencia a una clase social, etc., lo cual destaca su carácter monocultural. La dinámica comunicativa de estosgrupos es relativamente lenta, porque la posibi-lidad de crear y propagar discursos se reduce alámbito personal (correspondencia privada) y está limitada por el control político (normas demoralidad, limitación de campañas electoralesy panfletos políticos) y los costes económicos.En cambio, lo digital posibilita el desarrollode comunidades basadas en cualquier tipo depropósito o actividad, más allá de las "fronteras" tradicionales. Así, un anciano que viva conun hígado trasplantado y que quiera conversarcon personas en su misma situación, una les-biana que busque compañeras o un joven racis-ta que quiera formar una banda establecen contactos a través de la red, crean su propio espacio(una lista o grupo de discusión, un club), conversan, intercambian objetos digitales (fotos,discursos, programas) y desarrollan su particular cultura, al margen de la procedencia de susmiembros. Personas de todo el mundo que difícilmente se habrían conocido por canales analógicos, llegan a conformar unacomunidad discursiva en el sentido de que el objeto básico deintercambio y unión es el discurso-, que llenaparte de sus vidas y que inevitablemente influye en el resto de las comunidades.La facilidad con que se desarrollan dichascomunidades depende de las prestaciones queofrece lo digital: bajo coste de producción y transmisión de discursos; acceso ilimitado, di-recto y privado a un número ingente de destinatarios y recursos (núm. 2); privacidad y posibi-lidad de construirse "imágenes" virtuales -fa-ces-según los intereses personales (uso denicks o sobrenombres, personalidades ficticias,fotos retocadas, etc.; núm. 3). Respecto al coste(núm.6), mientras el uso de recursos informáticos y el acceso a la red se generaliza (lugar detrabajo, casa, cibercafés) y abarata, la publicación analógica de revistas y libros o el envío decirculares por correo postal aumenta de precio.Además, el coste ecológico que puede tener eluso de papel (tala de árboles, procesamiento dela masa de papel, etc.) resulta ofensivo con la su-puesta "limpieza" de la tecnología informática.Por otra parte, la diversidad de canales y códigos comunicativos que incluye el medio digital (núm. 4), así como su gran velocidad detransmisión (núm. 5), que permite grados casisimultáneos de interactividad, son las causasdel notable dinamismo que presentan dichas co-munidades, que nacen, crecen y mueren o evolucionan a un ritmo mucho más alto que las presenciales. Respecto a la integración de códigos,cabe destacar que lo digital integra todo tipo delenguajes y formatos (habla, escritura, imagenestática y en movimiento, infografía, reproduc-ción virtual, etc.), con lo que se convierte en unpoderosísimo sistema multimedia de represen-tación y comunicación de datos -como mínimoen comparación con los limitados recursos tipográficos del escrito-.En lodiscursivo, el soporte digital rompedefinitivamente lalinealidad del discurso y or-ganiza el contenido textual de manera hiper e intertextual. Si bien la escritura ya liberó alusuario de la obligación de ceñirse al hilo discursivo (la linealidad del habla, núm. 7), permitiéndole saltar adelante y atrás a su antojo en la
6prosa, sólo pudo desarrollar la hipertextualidadde manera casi anecdótica en algunos génerosliterarios -como las novelas interactivas paraadolescentes o las experimentales comoRayue-lade Julio Cortázar-. En cambio, el entorno di-gital utiliza elhipertextocomo estructura bási-ca: el escrito lineal y unidireccional se rompe endiversidad de fragmentos autónomos que se co-nectan entre sí con enlaces(links)ollamadasque permiten saltar ágilmente de uno a otro, encualquier dirección -como una araña que sedesplaza a través de una telaraña o de una red-.Además, hechos como el tamaño relativamentereducido de la pantalla(que constituye launi-dad visual digital, como la páginalo es en elentorno analógico) o el interés de fomentar lainteractividad (de que el lector pueda decidirqué fragmentos quiere leer y en qué orden) inducen a los autores a preferir los fragmentos breves de texto a los extensos.El hipertexto genera cambios relevantes enel procesamiento verbal. Prescindiendo de losaspectos técnicos (uso de programas y lenguajesinformáticos) y desde la óptica de la produc-ción, el autor debe atender a exigencias lingüísticas nuevas (atomización del discurso en unidades pequeñas y autónomas, organización jerárquica e interconectada de las mismas, búsqueda de enlaces adecuados y títulos de enlacecomprensibles, etc.), al mismo tiempo que prescinde de las asociadas a la linealidad (ordenación del contenido en un único hilo argumental,establecimiento de una progresión de lectura: delo conocido a lo nuevo, de lo básico a lo com-plejo, etc.). Puesto que se suele manejar unagran cantidad de datos, dispuesta a través de nu-merosas páginas y enlaces, el autor debe podercalcular con precisión las necesidades de su hipotético lector, para facilitarle accesos directosy eficaces a los objetivos perseguidos. Si ade-más resulta que no existe ningún prototipo delector, sino una infinidad de individualidadescon grados diferentes de conocimiento previo,que se acercan al hipertexto con intereses y pro-pósitos diversos, el autor debe prever varios itinerarios de lectura para atender a esta diversidad.Desde la óptica de la recepción, el lector deja de conducir por una carretera única, para pa-sar a circular por un entramado complejo devías, en cuyos cruces debe tomar decisiones dea dónde ir y por qué lugar. Este hecho le exigedesempeñar un papel más activo en el procesode lectura: debe ser consciente de sus propósitos (¿qué datos busco?, ¿qué enlace elijo?), de-be evaluar de manera continuada su nivel decomprensión (¿qué entendí y qué no?) y buscarlos caminos para llenar las lagunas identificadas (¿dónde puedo encontrar lo que me falta?).Los errores en la identificación de objetivos oen la selección de enlaces provocan pérdidas detiempo e información, además de un grado va-riable de fracaso en la lectura: el lector se pier-de en un mar de datos y enlaces sin interés, incapaz de encontrar lo que busca. (Para una discusión detallada sobre las diferencias entre lectura de textos analógicos e hipertextos, ver Di-llon, 2000).Si los enlaces internos( i n t r a t e x t ual es)
entre componentes de un mismo discurso son elfundamento del hipertexto, los enlaces exter-nos entre textos diferentes nos introducen en elámbito de laint ertextualidad
(núm. 8). Un documento analógico indica también con citas directas e indirectas y referencias bibliográficas,los préstamos y las conexiones que mantienecon otros textos, pero las características y losobjetivos de dichas interrelaciones difieren delas de los enlaces digitales. En libros y artículos impresos, las referencias son retroactivasporque remiten solo a documentos elaboradosen el pasado (o, como máximo, en prensa) y tienen el propósito de reconocer la autoría deideas o palabras, o de remitir a informaciones,autoridades o hechos que constituyen un argumento para el discurso que se está elaborando.Se presupone sutilmente así que el resto delcontenido, el que carece de referencias, esres- ponsabilidad del autor del discurso, o sea creación propia, original, lo cual postula ademásque existe una unidad textual delimitada (conlímites precisos, como mínimo físicos) con unautor individual.Al contrario, los enlaces de documentos di-gitales son proactivos ya que sólo se refieren asitioswebdel presente o del futuro, puesto quelas web se actualizan periódicamente, y tienen por objetivo ofrecer al usuario acceso in-mediato a más información. La elección de enlaces no se basa en el reconocimiento de citaciones o voces diversas ni en la construcción deuna argumentación, sino en el interés y la utili-dad que puedan tener para el lector.Al mostrary utilizar de manera explícita las relaciones intertextuales que mantienen los discursos entresí, el usuario salta de un lugar a otro de la red,de un discurso a otro, en busca de sus propósi-
7tos  casi sin darse cuenta y sin saber si cambióo no de web discurso , y se desvanecen losconceptos de límite o unidad textual, de contextualización espacio-temporal, de autoría e incluso en parte- de originalidad. De hecho,cuantos más enlaces intra e intertextuales inclu-ya el documento virtual más relaciones diversasentre datos permite para adaptarse a los propósitos del usuario. Emerge así a la superficie laconsabida polifonía e intertextualidad bajtiniana, que permanecía oscura o escondida en el documento analógico: redactores y lectores somos más conscientes de la naturaleza social deldiscurso y de la función de simple peldaño deuna escalera que realiza un texto o un autor enel entramado discursivo de una comunidad. Yes que ìla web no es otra cosa que un documen-to gigantesco de unos cuantos centenares demillones de páginas, producidas por millonesde autores y almacenadas en centenares de miles de computadoras de todo el mundoî (XavierAlamán citado por Palau. 1998) o un docuver-so, un universo de documentos (Mengual,2000).En conjunto, con la estructura hiper e intertextual el escrito se convierte en un objeto comunicativo más abierto (que admite actualiza-ciones continuadas), versátil (permite diversidad de itinerarios), interconectado (relacionadocon el resto de recursos enciclopédicos de lared) y significativo (multiplica sus posibilidades interpretativas).Por otra parte, el entorno digital ha creadonuevos géneros (e-mail,chat,sitio web) y for-matos discursivos (interfaz ointerfacede pantalla, etc.; núm. 9), que poco a poco van estandarizando sus usos ling¸ísticos, con estructura,registro y fraseología particulares (núm. 10).En el plano estructural, por ejemplo, es corriente que un email arranque con un informal Ho-la, X , y termine con el nombre del autor y un membrete con sus datos (apellidos, cargo, direcciones, etc.), separado con cenefas gráficas al revés que una carta tradicional, que lo llevaal principio. Otros rasgos son que el mensajepuede incluir fragmentos copiados literalmentede otro email(marcados con el signo > al prin-cipio de cada línea y con la indicación X escribió: al inicio) e incluso documentos (oattach-ment ) en formatos variados (texto, foto, vídeo,dibujo, etc.). Del mismo modo, es habitual quela página de superficie de una web incluya elmenú y los submenús o índices de la misma pa-ra guiar al navegante, así como los iconos conlos enlaces para acceder a las páginas interio-res; o que la rutina conversacional del chat exi- ja saludar informalmente a los interlocutorescuando se entra a la habitación(room)y despe-dirse cuando se sale, ¡aunque sean desconoci-dos e invisibles!En el plano léxico, los términos semi especializados usados en el párrafo anterior en in-glés(chat, attachment, interface)y español(menú, habitación, navegante, icono, enlace, página de superficie, entrar, salir, etc.)son unabuena muestra del vocabulario específico de estos nuevos géneros. También son frecuentes lasabreviaturas, por ejemplo Re: por respuesta enel descriptor temático (osubject ) de emails, pixspor pictureso fotos,akaoa. k. a. poralsoknown as(también conocido como), oFAQpor frequent asked questions(preguntas más fre-cuentes). Finalmente, en el plano sintáctico, loslímites reducidos de la pantalla informática yde los campos o espacios donde debe escribirse(mensajes, denominaciones de iconos, menús,etc.) favorece el uso de sintagmas nominales aislados (como títulos o etiquetas), a diferenciade la elaboración de oraciones completas típicade la documentación analógica.Respecto al proceso de composición, lasdistintas aplicaciones informáticas inciden demodo sustancial en la tarea de escribir. Nadie duda hoy de que, con procesador de texto, veri-ficador ortográfico y gramatical, revisor estilístico legibilidad, grado de formalidad-, diccionario de sinónimos o asistente para la redacción
8y traducción de documentos preestablecidos(programas deingeniería lingüística; núm. 11),un autor consigue escritos mejores y más elabo-rados con menos esfuerzo y tiempo: la escrituraanalógica tiene un procesamiento más lento ymuchos menos recursos o apoyos. Si bien el nuevo verificador equivale al cuaderno de ortografía, el libro de gramática y el diccionario a los CD en línea, o las teclas de copiar y pegar a las tijeras, el pegamento y la goma de borrar, elentorno digital integra todos estos recursos enla computadora, con el fin de que el autor pueda usarlos simultáneamente y de modo casi automático. Desde otro punto de vista, en un entornoanalógico el autor debe resolver sólo con sus recursos mentales "naturales" (memoria de traba- jo, memoria a largo plazo, procesos de análisis,revisión, generación de ideas, inferencia, etc.) elamplio espectro de exigencias lingüísticas queimpone la elaboración de cualquier escrito: desde la construcción de un significado hasta la co-rrección tipográfica. La investigación sobre lacomposición de expertos y aprendices ha mostrado que los primeros se caracterizan por haberautomatizado hasta un nivel subconsciente losaspectos más superficiales de la composición(copia o transcripción, ortografía, etc.), de mo-do que dedican sus recursos cognitivos a lascuestiones de fondo (elaboración del significado, análisis de la situación retórica, etc.). Encambio, los aprendices, con escasa automatización, sufren a menudo el fenómeno conocidocomosobrecargacognitiva(núm. 12), por elque su memoria de trabajo no alcanza para todas las exigencias de composición al quedarprematuramente sobresaturada; los errores o lasimperfecciones del texto que el propio autorpuede reconocer en otro momento se explicanasí como datos que la memoria no pudo proce-sar durante la composición al estar copada conexceso de demandas. En este sentido, la tecnología digital permite que el autor "descargue" sumemoria saturada, asignando a la máquina laparte más mecánica de la composición, segúnsus intereses, y que reserve para su propia men-te los aspectos estratégicos.Finalmente, el entorno digital ofrece sistemas aparentemente más eficaces de autoformación para que los individuos puedan usar de modo autónomo el sistema (núm. 13). Muchos programas poseen varios niveles de utilización(funciones básicas y avanzadas, para principiantes o expertos), sofisticadosmenús de ayu-dao recorridos iniciales devisitao familiariza-ción; los juegos informáticos suelen tener va-rios niveles de dificultad, y ningún jugador pue-de saltar de nivel sin haber adquirido la habili-dad y el conocimiento necesarios para hacerlo;el mismo hipertexto facilita que la informaciónse suministre a cada usuario según sus necesidades, de manera autodirigida .
. Este conjunto demecanismos facilita que el lector-autor digitalpueda aprender de manera notablemente autónoma, a diferencia del aprendizaje de la escritu-ra analógica, que exige más interacción presencial con expertos. Una buena prueba de ello es elbuen dominio del entorno digital que tienen muchos adolescentes al llegar a la escuela, muy su-perior en muchos casos al de sus docentes.En resumen, el advenimiento del entorno digital en el uso de la escritura está cambiandode manera profunda las prácticas comunicativasen los planos pragmático, discursivo y proce-sual. Internet facilita el surgimiento de comunidades sociales particulares, al margen de losgrupos administrativos y lingüísticos habitua-les, que rompen el tradicional aislamiento mo-nocultural. Surgen géneros discursivos nuevos,con estructura, registro y fraseología particulares, y la computadora está cambiando el perfilcognitivo de los escritores, que descargan lastareas más mecánicas en la máquina para concentrarse en la estrategia comunicativa. Un nuevo orden escrito emerge al ritmo que se impone lo digital.En el aula.

La primera consecuencia que podemos sacardel análisis anterior es la necesidad de añadir unnuevo ámbito al concepto de alfabetización: eldigital. Como muestra el cuadro, podemos dis-tinguir tres ámbitos concéntricos: laalfabetiza-cióntradicional, centrada en la capacidad deusar la correspondencia habla-escritura; la alfabetización funcional, centrada en las capacidades comunicativas de usar la lectura y la escri-tura de modo eficaz (comprender ideas generales y secundarias, discriminar datos relevantes eirrelevantes, hacer inferencias, etc.) en el mundo letrado analógico, y laalfabetización digital, centrada en las capacidades específicas queimpone el soporte digital en el uso de la escritura, esbozadas más arriba.


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